A las siete de la tarde y una vez finalizados los Santos Oficios, todos los hermanos de María Stma. de la Paz que participamos en el desfile procesional nos reunimos en la Casa Hermandad para desde allí, salir en perfecta formación precedidos de nuestro Guión hacía la Iglesia donde nos esperaba nuestra titular. En el cortejo destacaba este año la enorme cantidad de hermanas de Mantilla que acompañarían a La Virgen. En las “gra”, no cabía un alfiler. Desde el balcón de Juan Moriel, justo frente a la Iglesia, un hermano nos cuenta que la subida se veía espectacular, los portadores y los hermanos de túnica parecían una “marea azul” que desde los cuatro cantillos hasta casi la Iglesia ocupaban la calle. Este año, la gente tenía ganas de procesión, habíamos conseguido burlar la meteorología y nos merecíamos un Jueves Santo pletórico…. Siguiendo los pasos a Nuestro Padre Jesús, cuando sale Nuestra Virgen de la Paz, los vivas son interminables, las palomas vuelan delante de ella representando nuestra identidad “PAZ”. El cielo respetaría el cortejo procesional durante toda la tarde noche, y acompañados de nuevo y maravillosamente por la Banda Municipal de Cuevas del Becerro se sucederían las paradas y los encuentros. Este año sí que pudimos cumplir con el tradicional recorrido, hasta que ya pasada la una de la madrugada y llegados a la puerta de la Iglesia, El Hijo y su Madre de miran de frente por última vez y parecen despedirse hasta el año que viene…si Dios quiere por supuesto.
Después de casi un mes en el que las predicciones meteorológicas auguraban una Semana Santa pasada por agua y debido en gran parte a las experiencias vividas en los dos años anteriores, este año tocaba ser precavidos y tomar algunas medidas excepcionales, sin embargo y pese a haber aleccionado tanto a los pedidores del campo y de la calle, habernos hecho de impermeables y haber preparado el correspondiente plástico para el trono por si nos cogía el agua en la calle, este año va y se nos presenta un Jueves Santo pletórico y lleno de luz.
Ya muy de mañana todo estaba preparado; desde muy temprano los pedidores Ramón Cansino García y José Manuel Escalante Esquina, presentados voluntariamente en el Cabildo General y aceptados unánimemente por la Asamblea, se presentaron puntualmente en la Casa Hermandad, para cumplir el rito anual de vestirse con las correspondientes túnicas de pedidores. Allí estaban como siempre, Yolanda Linero, Mª Carmen Perea y su hija Carmen y entre otras más, Paqui García, la madre de Ramón que por primera vez asiste para ver salir a su hijo como pedidor. Después de desayunar y una vez vestidos, los pedidores salieron a cumplir con su tarea ilusionados, a pesar de que el año no podía ser peor; al mediodía y como de costumbre, Antonio Cansino, prepararía una suculenta paella para acompañarlos en el almuerzo junto con algunos hermanos más, para después emprender de nuevo su cometido hasta que ya por la noche Nuestra Sagrada Titular estuviera dentro del Templo. Es de destacar que pese a las dificultades de los momentos que vivimos, nuestros pedidores de 2.013 finalmente cumplieron y con creces.