Con gran tristeza, anunciamos el fallecimiento de nuestra amada hermana en la Fe, Dª Carolina Calleja Escalante, el día 5 de agosto de 2023. Su pasión por Nuestra Virgen marcó su vida, transmitida por su familia. Nos recordaba con emoción que su tío Andrés Calleja Cueto había comprado la actual imagen y había sido Hermano Mayor durante dos años. Carola, como todos la llamábamos, compartió su devoción con sus hermanos, sus sobrinas y sobrinos, algunos hoy son costaleros, estos, en el funeral, le dedicaron unas palabras de afecto y agradecimiento.
Hemos querido traer aquí aquella historia que protagonizó su tío Andrés, contada por una persona que la vivió “in situ”, se trata de D. Miguel Ramos Escalante, que siendo un niño la presenció y la reprodujo en su Pregón de Semana Santa de 1996.
……..Era Jueves Santo de 1946 y los hermanos corrían buscando algo para tapar sus imágenes, pero todas las carreras eran infructuosas. Cada vez arreciaba más el agua y muchos hermanos desistían de seguir buscando y se refugiaban en la primera casa que encontraban. La situación empeoraba por minutos. caían granizos como «huevos de perdices». Las casas del Testero abren sus puertas; la mayoría de cofrades y costaleros buscan las dos casas más grandes del lugar: una, donde vivía el Niño de la Polina; y la otra, la casa de Cristóbal Ocaña; en ésta me refugié yo, miré hacia el Testero y vi una imagen, para mí imborrable: era el paso de la Virgen de la Paz y delante de Ella su hermano Mayor, D. Andrés Calleja, el boticario, zamarreado por el agua, el viento y los granizos. Intentaron en vano hacerle desistir de su actitud. Él sabía que su lugar estaba junto a su Virgen. Al terminar la tormenta, varios hermanos se esforzaron por convencerle para que abandonase momentáneamente la procesión y fuese a su casa a quitarse la ropa empapada, pero nadie consiguió que D. Andrés Calleja se separara de su Virgen hasta que la encerró. A los ocho días la Virgen se lo llevó a los cielos, porque no cabe pensar que no esté junto a Ella, después de obedecer sin dilación y sin titubeos. La Virgen le pidió ese sacrificio para que sirviera de ejemplo a todos los Tebeños, a todos los cofrades y a todos los creyentes para que seamos más humanos y estemos más prestos en este caso a la voz de la Virgen Santísima como estuvo este gran creyente, este gran Cofrade y este gran Tebeño que fue ANDRES CALLEJA CUETO.