Magnífica tarde la que nos regaló este año el Jueves Santo.
El cielo azul y la excelente temperatura, hicieron que las calles de nuestro pueblo se llenaran de cofrades de la Hermandad de la Paz, de Ntro. Padre Jesús y de devotos, paisanos y turistas dispuestos a presenciar el desfile procesional del Jueves Santa en Teba.
Hacía mucho tiempo que las condiciones meteorológicas no eran tan favorables, ni la afluencia de público tan numerosa.
Con el sol aún vivo, a las 7 de la tarde, el cortejo procesional salió como de costumbre, desde la Casa Hermandad en dirección a la Iglesia.
Precedidos por el guion y en filas perfectamente ordenadas, más de un centenar de hermanos nazarenos vestidos de azul competían con el espectacular color del cielo, esta vez, las capas blancas volaban, no por el viento, sino por el paso firme de los hermanos que presurosos iban al encuentro con su madre. Detrás de ellos, casi cincuenta mujeres vestidas de mantilla les seguían al mismo paso y con el mismo objetivo, encontrarse con su Virgen de la Paz.
Todo el colorido, el ambiente y la organización presagiaban la gran tarde que íbamos a vivir.
En la iglesia, la esplendorosa belleza de nuestra Virgen aguardaba nuestra llegada, subida en su trono de reina e impecablemente ataviada para la ocasión, su dulce mirada nos daba la bienvenida. Todo eran piropos para ella…
El arreglo floral del trono estrenaba este año nuevo formato, una combinación que en nada recordaba años anteriores, una originalidad bastante acertada al parecer de todos los hermanos.
Cada uno va cogiendo su lugar, y ya al sonido de la marcha real, María Santísima de la Paz se asoma a la puerta llevada por sus orgullosos portadores y entre vítores y vivas, el pueblo vuelve a demostrar la devoción que hacia ella profesa.
El paseo por las calles esta vez se hace placentero, no hace frio ni calor, no hay viento y la noche cae espectacular con la imagen de la Virgen iluminada por las velas, dan ganas de quedarse toda la noche en la calle…
.. . La procesión va avanzando y tras un bonito encuentro con Ntro. Padre Jesús en la puerta de la Ermita, donde ambos son elevados al cielo, llegamos de nuevo a la Iglesia donde nuestra Virgen se despide poco a poco de su pueblo hasta el año que viene, aunque en realidad todos sabemos que ella está siempre con nosotros.
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