Con gran alegría y entusiasmo compartimos una noticia que ha llenado nuestros corazones de júbilo y nuestras almas de paz. Las tres sacras del altar de la Virgen, que durante tanto tiempo se creyeron perdidas, no lo estaban y fueron recuperadas y restauradas gracias a la diligencia y el amor por nuestro patrimonio que ha demostrado el hermano Eduardo Palacios. La mayoría que conocíamos lo que relatamos a continuación, pensábamos que se habían adquirido nuevas, cuando en realidad se trata de las originales.
La historia de estas sacras es una que ha estado envuelta en misterio y que generó muchas conversaciones y controversia a lo largo de los años.
Lo ocurrido fue como sigue: ante el deterioro que mostraban, se decidió restaurarlas en algún taller de la época, como se guardaron y no se encontró taller o persona adecuada para realizar esta acción, se quedaron envueltas y bien guardadas, tanto que se les perdió el rastro, ello creo cierto malestar en las personas que en esa época regían los destinos de la Hermandad.
La sorpresa de su hallazgo nos recuerda que, a veces, lo que parece perdido simplemente está esperando ser redescubierto y que la fe y la esperanza nunca deben perderse. Ahora, estas sacras restauradas brillan con esplendor en su lugar legítimo, el altar de la Virgen de la Paz, sirviendo como un símbolo de la luz que siempre prevalece sobre la oscuridad.
Invitamos a todos los hermanos a visitar el altar y contemplar la belleza y la, aunque parezcan nuevas son de gran antigüedad, de estas sacras que son parte integral del patrimonio de nuestra Hermandad. Que este acontecimiento sirva para unirnos aún más y para celebrar la riqueza de nuestra tradición.
